Con el frío, también llega el momento de la matanza anual del cerdo, una tradición que data incluso de las antiguas culturas celtas europeas. Aunque hoy conseguir carne de cerdo es tan fácil como ir a la carnicería, antes la carne que se obtenía de esta matanza era la que una familia podía consumir durante el resto del año.

Los preparativos
El proceso de la matanza empezaba casi un año antes de esta, ya que en primavera se compraban los lechones para poder engordar durante 10 meses. Pasado este tiempo, la familia se reunía ya veces se invitaba a algún vecino experimentado y almorzaban juntos tres horas antes de la matanza.

La transformación de la carne
La muerte del animal era rápida, pero el ritual que seguía duraba hasta tres días. Después de que los hombres de la casa mataran al animal, estos se ocupaban de limpiar el material utilizado, mientras que las mujeres,  las matanceras, comenzaban a preparar los productos. Por una parte, están las carnes que se deben comer antes ya que se estropean y de otra, los alimentos que se pueden conservar durante el año como los embutidos o los ahumados.

Una cultura culinaria
A partir de las diferentes preparaciones de la carne del cerdo, nacen los platos típicos de la cocina de montaña como los pies de cerdo o la butifarra con judías secas o patatas. En nuestra carta encontrarás estos productos  pudiendo combinar las manitas de cerdo con el setas de la temporada, o si lo prefieres, con caracoles.

Si te apetece probar estos platos, llámanos al (+376) 835 380 o reserva tu mesa en el Molí dels Fanals. Os esperamos!